Como todos los animales, el caballo precisa de unos cuidados especiales durante sus primeros meses de vida, a continuación exponemos un listado con todas las atenciones que deberá prestarle y nuestras recomendaciones al respecto:
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Deberá prestarle una atención especial en los meses de enero a marzo, época en la que el invierno se hace más crudo. Si bien la resistencia del animal al frío dependerá en gran medida de su raza, debemos tener en cuenta que todo potro sufre las bajas temperaturas.
Recomendaciones:
o Trate de cobijar al animal los días en que empeora el tiempo.
o Trate de que su habitáculo no se sature de humedad.
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Inyecciones: cuando nuestro potro haya cumplido las ocho semanas, deberemos ponerle la primera inyección antitetánica, que vendrá seguida de una segunda al poco tiempo (cuya necesidad y espacio temporal desde la primera deberá determinarla el propio veterinario).
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Lombrices: es uno de los principales problemas que atacan al potro, que puede llegar a destruir sus órganos vitales. Para evitarlo vigile que el pasto esté limpio y cuide al máximo su alimentación (los animales mal nutridos son más propensos a este tipo de infecciones).
Recomendación:
o Para detener la propagación de las lombrices: recomendamos que le de a lamer sal.
* Las pezuñas:en cada momento deberemos prestarle las atenciones adecuadas:
o A los tres meses de vida del potro, conviene que limpiemos sus pies ya que la suciedad puede empezar a acumularse; para ello utilice una herramienta adecuada.
o A los cinco meses deberemos comenzar a limar los cantos de las pezuñas para reducir su longitud; para ello deberemos poner sumo cuidado en tocar la menor porción de hueso posible, con el fin de no afectar al pie.
o A los seis meses deberemos recibir la visita del herrero quien lo pondrá en las condiciones adecuadas para evitar problemas a la hora de calzarle la herradura.
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El Cepillado: es conveniente cepillar al potro ya que con ello conseguiremos que se habitúe a nuestro contacto, además de que nosotros podremos aprovechar para examinarle, en busca de posibles heridas.
Para cepillar adecuadamente aconsejamos la utilización de un cepillo de púas redondeadas.
El cepillado se realizará de forma suave, excepto en la cola y en la crin, lugares en los que conviene hacerlo de forma más enérgica ya que con ello estimularemos el flujo sanguíneo en sus raíces y de esta forma avivaremos su crecimiento y robustez