Toma de contacto amistosa: El gato demuestra esta actitud frotando las mejillas o la nuca contra las piernas de la persona y arrimándose a ella con la cabeza levantada o lamiendo las manos o la cara de su persona.
Irritación: Se puede reconocer porque mueve la cola, se encoge, baja las orejas, bufa y se le eriza el pelaje.
Lamer: Durante las primeras semanas, la madre lame a conciencia la región anal de sus crías. Sólo gracias a este masaje, los gatitos podrán eliminar los excrementos y su orina. El gato lame a los gatitos, pero también una gata a quien hace la corte, como muestra de ternura. Lamer el rostro y las manos de una persona también son gestos amistosos que se originan en los instintos de cuidado y sexuales.
Pataleo: Mediante el pataleo en las tetas de la gata, el gatito estimula la salida de la leche. Este comportamiento ante una persona se debe interpretar como una demostración de profunda confianza.
Ronroneo: El gato demuestra su bienestar ronroneando. Esto no permite suponer que el gato esté sano, pues los animales enfermos también ronronean. Los gatitos empiezan a ronronear muy pronto, cuando maman satisfechos en los pezones de su madre.
Rodar por el suelo: La gata muestra su conducta sexual natural también ante una persona. Le acerca su parte posterior y empieza a rodar por el suelo ante ella.
Jugar: Un gato pone a prueba jugando su comportamiento social y combativo (por ejemplo, en las luchas de rivalidad). Como compañero de juegos, utiliza a su madre, sus hermanos, a presas como los ratones o las ratas, pero también acepta a las personas como compañeros de juegos.